Ocho de Cada Diez, la cruda historia sobre la violencia en México
Ocho de Cada Diez evidencia la violencia que sacude al país y denuncia las deficiencias del sistema judicial mexicano respecto a los asesinatos en México.
Por Mario Alberto Cabrera.Revista GQ México
04 de diciembre 2021
«Solo ocho de cada diez asesinatos se investigan en México»… esa mortuoria estadística fue la inspiración para que Sergio Umansky le diera forma a Ocho de Cada Diez, con la intención de estimular conversación sobre la perpetua violencia que azota al país.
“Es una conversación que debemos tener como sociedad, como mexicanos y personas que vivimos en este país, porque a veces parece que se nos olvida, pero que debe seguir existiendo para preguntarnos qué debemos hacer para ser más empáticos, para ser más justos y tener un gobierno más eficiente, capaz de atender las necesidades de su gente y de destinar sus recursos pronto y expeditamente a quienes más los necesita”, dice Daniela Schmidt, una de las protagonistas de la película mexicana que es uno de los estrenos imperdibles de diciembre.
El largometraje, sigue los pasos de Aurelio (Noé Hernández), un hombre que repentinamente se ve obligado a recurrir al deficiente sistema judicial mexicano para dar con los responsables de la muerte de su hijo, quien es asesinado a plena luz del día en el Centro de la Ciudad de México.
Agobiado por el dolor de su pérdida y la inoperancia e ineptitud de las autoridades, el hombre emprende su búsqueda de justicia, en la que solo cuenta con el apoyo de Citlali (Schmidt), una afligida sexoservidora que busca reunirse con su hija y con quien descubrirá que el amor será la única forma de esperanza para soportar la terrible realidad.
“Así como la evidente falta de justicia en México es un tema neurálgico dentro de la película, el amor, como una especie de redención, también lo es en esta cinta”, dice Hernández.
“Como sociedad hace falta que nos abracemos, que acariciemos nuestras propias cicatrices para que nos reconozcamos, de alguna u otra forma, como víctimas del mismo dolor, de este sistema. Esta cinta nos dice que deberíamos de tener como camino común esta empatía con el otro para humanizarnos más”
Pero, a pesar de que esta dualidad entre luz y oscuridad está presente en la trama, sus protagonistas consideran que no hay que perder de vista que la violencia en México sigue siendo el tema principal de la película.
Por eso, aunque la conexión entre espectador e historia se acentúa a medida que la trama avanza, el director decidió incluir imágenes reales de asesinatos en México, y así evitar que el público se ensimisme en el dolor de sus personajes.
“En México cada siete minutos ocurre un asesinato, entonces Sergio quería que el público tuviera la consciencia de que mientras ves la película, han muerto diez personas”, dice Schmidt.
Por su parte, Hernández considera que la cinta cuenta con las características propias de una obra del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, quien proponía que un espectador nunca debía identificarse instintivamente con la historia y así no confundir el drama con la realidad.
“La primera vez que vi la cinta, me recordó a estos rompimiento brechtianos”, dice el actor. “Brecht nos decía que no debíamos hacer catarsis emocional de la historia emocional que estamos viendo, entonces la cinta corta abruptamente para que tengas un acto de reflexión, un acto de crítica. No buscamos que la gente se ponga a llorar o que haya un reconocimiento con los personajes”.
“Esta historia es ‘rosa’ si la comparamos con lo que verdaderamente nos está estrujando como sociedad, los asesinatos, los crímenes a plena luz del día con la crueldad y barbarie con la que se realizan. Esos diez inserts que se incluyen de asesinatos reales buscan alarmarnos para llegar a un momento de análisis de lo que verdaderamente está denunciando la cinta«.
Hernández asume el reto de darle vida al protagonista de la cinta, hecho que significó un desafío profesional como pocos y que fue reconocido con el Premio Ariel 2019 a Mejor Actor por su interpretación frente a la cámara.
“Tuve la oportunidad de encarnar a este personaje durante todo el proceso, no solo hablo de la filmación, sino también de los muy exhaustivos ensayos. Llevar todo ese proceso, crecimiento y transformación es algo que pocas veces se tiene”.
“Como actor agradeces que te caigan este tipo de personajes para crecer profesionalmente, hay otros que los haces para pagar la renta, pero este en especial, no solo me expone, sino que también me ayudó a reflexionar para saber dónde estoy parado como ser humano y como artista”, concluye.