La industria del cine nacional vive todos los días bajo una amenaza de daño serio que afecta al sector productivo al colocarlo al borde de la descapitalización y la quiebra por competencia ruinosa, debido a las prácticas monopólicas absolutas y relativas por parte de los grandes estudios cinematográficos norteamericanos afiliados a la Motion Pictures Asociation (MPA)*, que actuan en nuestro país con prácticas de cártel, mismas que deberían de haber sido corregidas y sancionadas, desde hace mas de diez años, por la Cofece.
Ante su inoperancia e inefectividad, los gobiernos mexicanos han tenido que corregir, en el siglo XXI, las fallas del mercado a través del gasto, de ahí el apoyo a los fideicomisos fílmicos